LAOSHI CHEN GENG: EL ARTE DE ESTAR QUIETO
Un día después de que el explosivo e intenso Shifu Yan Lei volviera a Londres, recibimos al increíble y peaceful (no encuentro traducción apropiada) Laoshi Chen Geng. El Kung Fu del Laoshi es una historia completamente diferente. Gulun Kung Fu, así es conocido este estilo, es un arte marcial basado en movimientos extremadamente lentos. Para mi, inexperto en artes marciales, es muy similar al TaiChi y se asemeja casi más a un baile que a una técnica de defensa personal. De hecho creo que todo bailarín debería experimentar este tipo de Kung Fu ya que la exigencia en ser consciente de cada músculo de tu cuerpo es máxima.
Chen Geng nació en china y se desarrolló como maestro en el mismo monasterio que Yan Lei, el monasterio madre Shaolin. Al contrario que el Shifu, Laoshi tuvo un entrenamiento extremo pero en otro sentido. Los tres primeros meses de de Chen Geng se basaron en permanecer de pies durante horas mirando un árbol que ellos eligieran como punto de referencia.
Desde luego, este ejercicio no es el ejercicio más atractivo del mundo para iniciarse en artes marciales ni para iniciarse en nada ya que estar de pies es algo que cualquier persona puede hacer y que, a priori, podríamos encontrar como una perdida de tiempo. Sin embargo, este ejercicio tan simple requiere de muchísima paciencia. En inglés lo denominan standing meditación, meditación de pies, y es una de las miles de formas que existen para desarrollar la meditación. Este ejercicio en concreto favorece por encima de todo la consciencia de tu propio cuerpo, en concreto la correcta posición de tu espina dorsal, y la aceptación y la liberación ante las constantes molestias musculares.
Además de todo esto, está la parte mental en la que luchas contra todo tipo de distracciones que se producen para sacarte de la búsqueda de tu equilibrio corporal y mental. A raíz de estos arduos entrenamientos físico-mentales Chen Geng hoy es uno de los referentes de este tipo de arte – en parte porque no muchos chinos especialistas en artes marciales son capaces de comunicarse en inglés- y que gracias al proyecto de universidad, que ya hemos comenzado, hemos podido disfrutar en Shaolin Temple Europe.
Sin duda este ha sido la semana en la que más he sufrido ya que el arte de Chen Geng, realmente me interesaba y me hubiese gustado participar en todos los entrenamientos, sobretodo los matutinos – las 6:30, media hora de standing meditación y otra hora de walking meditation (meditación caminando) y Qi gong, uno de mis artes favoritos – sin embargo, la oportunidad de grabar sus clases no se volverá a repetir en mucho tiempo por lo que tuve que sacrificar, una vez más, mis ganas de participar de forma activa para tener buen material audiovisual.
Aunque muchas veces sufra y me de pena no poder participar en tan emocionantes entrenamientos, el material que estamos preparando para Youtube realmente va a merecer la pena y sin duda, tanto a Shifu como a mi, el contar con las imágenes que estamos acumulando nos está reportando ya una gran satisfacción. La verdad es que estamos muy emocionados con los videos que ya tenemos editados y, aunque aún falta tiempo para que muchos de ellos vean la luz, esperamos ansiosos poder compartir estos increíbles entrenamientos con el resto del mundo en lo que creemos que puede ser un gran proyecto para exportar la desconocida cultura Shaolin al resto del mundo.
Como os podréis imaginar, la filosofía de vida de uno y otro maestros son completamente diferentes. Entrenar dando patadas y puños o estando horas en una posición, dice mucho de la diferencia de una y otra forma de entender el Kung Fu y esto se refleja en la personalidad de los que practicantes.
El trabajo explosivo requiere de otra energía y mentalidad diferente a la del trabajo en estático. Yan Lei, el musculoso, pura energía y vitalidad, no se cuántos platos de comida se metía entre pecho y espalda en cada comida y muchas veces ni esperaba a la hora de comer para empezar. Por otro lado Chen Geng, siempre esperaba hasta que el último comensal tuviera su plato en la mesa para empezar a comer, a pesar de ser la persona con mayor rango y poder comer cuando le diese la gana.
Ni uno ni otro tienen la manera correcta de andar el camino, simplemente son dos formas diferentes de andarlo y, aunque yo prefiera la manera de Chen Geng – por su tranquilidad, paciencia y saber estar – los dos Kung Fu y por consiguiente personalidades, son validas y completan un circulo lleno de extremos como es la vida. En el lejano oriente se habla mucho del camino medio y en occidente lo entendemos como la parte central de los extremos donde todo es calmado y moderado. Sin embargo, para llegar a esa calma hay que comprender que el camino medio incluye los extremos presentes en la vida, realizando así la comprensión de todas partes que completan esta circunferencia. Dejar fuera de esta circunferencia los extremos sería como esconder el polvo bajo la alfombra. La habitación parecerá estar limpia pero la suciedad seguirá ahí y por tanto, nuestro conflicto interno con la no aceptación de todas las partes de la circunferencia nos alejarán de esa ansiada paz interior.
Estos dos maestros nos han enseñado la alta variedad de estilos que de un templo Shaolin – y de paso de la vida – pueden brotar siguiendo una misma linea que lleva hacia la autorealización y al más profundo conocimiento de uno mismo. Shifu me cuenta que la idea creada sobre los Shaolin está muy ligada al estilo de Yan Lei – puños y patadas voladoras – pero que sin duda dentro de una institución tan importante y antigua, hay muchas más disciplinas. Gulun Kung Fu, representado por Chen Geng, es otra de las variedades que nos ayuda a entender un poco mejor toda la historia que hay detrás de esta milenaria institución. Creo que por ello, que empieza a ser una obligación que en los próximos posts hable sobre La Historia de los Monjes Shaolin.
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