MIS PRIMEROS DÍAS EN UN TEMPLO SHAOLIN
Tras dos días increíbles en los que mi flor en el culo volvió a hacer acto de presencia, dejo atrás a Alex y Carol, mis anfitriones y viejos compañeros de viaje del Machu Picchu Free Tour para, en 2 horas, comenzar nuestra nueva gran aventura en el prestigioso Shaolin Temple Europe en Alemania, cerca de Kaiserslaurten.
No llevo ni una semana aquí y realmente esta experiencia promete muchísimo, tanto para Ura como para mí. De primeras, Ura va a tener que esmerarse mucho en sus habilidades sociales con humanos y con otros perros. Lo de los humanos va a ser la parte más fácil, aunque es la asignatura más dura para ella, ya que toda la gente aquí ama a los animales y nunca le van a hacer ningún daño ni ningún gesto que le vaya a asustar más, al contrario, todos son muy comprensivos y ya están al tanto de los miedos de la pequeña perra viajera.
Por otro lado, la asignatura difícil va a ser ser aceptada por los 4 perros del templo. Tenemos 4 perros, 2 pastores suizos Odín y Botan (machos y hermanos) y dos pastores alemanes Loki y Fenris (machos y hermanos). Entre los hermanos no se pueden ver así que están separados de la siguiente forma: Odín vive con el Abbot, Loki vive dentro de la sala y la casa principal y los otros dos viven en el patio y la lavandería. Gracias a Dios, Buddha o a quien sea, Laoban, la encargada de la organización del templo, es además adiestradora canina por lo que estoy aprendiendo muchísimo de perros y de cómo hacer, que 4 perros territoriales, acaben aceptando a Ura dentro del templo sin que haya problemas. Mientras esto ocurre, Ura duerme en mi cuarto y no sale más que cuando están todos los demás en su sitio. Sin embargo, los últimos días, y con grandes avances, hemos conseguido que juegue con Odín y Botan, y Loki creemos que ya la acepta dentro del templo, sin embargo, el vozal sigue puesto para el pastor alemán.
La verdad es que en el templo hay menos gente de la que esperábamos ya que el personal, contándome a mi, no llegamos a las 8 personas que unidos a los 4 perros, 3 gatos, 2 ponis y 3 tortugas son todos los seres vivos con los que vamos a tener contacto los próximos meses, si no contamos a los invitados que suele tener el templo. La verdad es que la orden shaolín ,que aglutina las 3 filosofías más importantes en china como son, el taoismo, el budismo y el confucianismo, además de ser muy respetuoso lugar consciente de cada latido de corazón y hoja que cae de los arboles, es una orden muy jerarquizada y que además valora y respeta mucho esta forma de organización. Por ellos el cargo más alto aquí es el Abbot, que es la persona más sabia del lugar y monje shaolín maestro en historia y en las ceremonias de los tes ( una ceremonia de té puede durar 2h hasta que alguien de el primer sorbo, por lo que no menospreciéis a los maestros de los tes, requiere de mucha sabiduría), detrás de el está el Shifu, maestro de artes marciales, en tercer lugar está Laoban, administradora del lugar, más tarde vienen los discípulos como Miao Hai y Miao Ha (en enero llegan más), después vamos los workawayers como Federico y yo y después los guest o invitados. Os explico esto sobretodo porque os quiero contar lo que, hasta el momento, me ha parecido la cosa más curiosa y extraña que estoy viviendo aquí y es, la hora de comer.
A la hora de comer esta jerarquia es cuando más se aprecia y la verdad es que el primer día cuando la viví, casi me pareció repugnante y clasista, pero ya hoy es algo que me encanta y que creo que deberíamos probar al menos una vez en la vida, os explico el proceso:
Toda la comida se deja en una mesa central y todos los comensales nos sentamos a la mesa por nuestra posición jerárquica por lo que yo me siento con Federico y los dos discípulos. A la hora de desayunar, comer y cenar (siempre es la misma hora, con puntualidad suiza a golpe de kong) el discípulo de mayor rango, Miao Hai, da un sutil golpe a un cuenco tibetano en el que repite ciertas palabras que acabará con el acompañamiento de todos los presentes al unísono (sí parece una secta pero no están más que dando las gracias por la comida y por la compañía) y finalmente otro sutil toque de cuenco. Desde este momento hasta que Miao Hai vuelva a tocar el cuenco para dar las gracias, al unísono, por la comida, nadie dice ni una palabra. Además, nos vamos levantando uno a uno para coger la comida que nos apetezca, en orden jerárquico. Si acabas con tu plato y quieres más, tendrás que esperar hasta que te vuelva a tocar la ronda.
Quizás el tema jerárquico podríamos debatirlo, pero el tema de abrir y cerrar la comida dando las gracias y el comer en absoluto silencio, es algo que realmente, con el paso de los días estoy valorando más de esta estancia en el templo. Cada vez soy más consciente del alimento que estoy masticando y esto creo que ayuda mucho a no comer con prisa, saborear todo lo que te metes en la boca y a su vez digerir lo con mayor naturalidad.
Desde que estoy aquí os juro que me estoy poniendo las botas a verduras (ya que no hay carne) y primero, no echo de menos la carne ya que hacemos unas comidas espectaculares y segundo, por mucho que coma, nunca me siento con hinchazón. Esto sin duda es por comer despacio y siendo consciente de cada mordisco que doy a la comida.
Hasta aquí la primera aproximación a mi vida en el templo de la que os iré dando noticias semana a semana ya que, gracias a…quien sea, aquí no tenemos ni internet ni cobertura por lo que el blog, el WhatsApp y las redes sociales, las voy a tener paradas durante toda la semana hasta el fin de semana desde hoy hasta junio, por lo menos. 😉
P.d.: En el próximo post os hablaré sobre Mogli, el gato que tiene 21 años y está en plena forma (todavía caza pájaros). Os explicaré los cuidados que debéis tener con un gato para conseguir aumentar su longevidad y su salud.
No necesitas irte a un templo Shaolin en un bosque perdido de Alemania para convivir entre jerarquías y apreciar la comida. Si algo comparte el budismo/taoísmo/confucianismo con la religión católica es eso. De todos modos, tampoco hace falta ser católico para ello, basta con haber recibido una buena educación. Yo, aunque me he criado bajo su doctrina, no soy católica, pero siempre he sido consciente de lo afortunada que he sido y soy y el respeto hacia mis superiores/mayores lo he tenido siempre.
Claro que no necesito irme a un templo para convivir entre jerarquías y apreciar la buena comida.
Con respecto a lo primero lo que me parece curioso es que en un lugar así existan, supongo que esto se deberá mi ignorancia. Lo que dices que estas tres religiones/filosofías comparten con el cristianismo estoy de acuerdo en el caso del confucianismo, sin embargo en los otros dos casos, sobre todo en el del taoismo, me parecen contradictorios aunque me informaré más al respecto y te mantendré al tanto. Lo que dices de que no eres católica es muy interesante ya que tengo el siguiente artículo preparado y trata precisamente de esto, así que espero tu comentario.
Con respecto a lo segundo sobre la comida, ya sabes que siempre fui un comistrajas y poco a poco voy aprendiendo. A pesar de tener un gran cocinero en casa y vivir en el país gastronómicamente más rico, he tenido que salir fuera para apreciarlo. A Buda le pregunto su mujer si no podia haberse iluminado en el palacio donde vivían a lo que el le contestó: sí, pero entonces no lo sabía.
Un abrazo Dani y gracias por tu aportación.
Estaré al loro de tus vivencias.
Eres un afortunado.
Todo lo afortunado que quiero y me dejo ser 😉